Que estamos en crisis en salud mental, afectando muchas familias, niños, niñas y adolescentes, es un hecho…
Como ya lo hemos venido experimentando quienes trabajamos en salud, cada día más, así como se llenaron las camas en urgencias por esta Pandemia mundial, hoy en salud mental, estamos en estado de crítico. Hoy estamos en situación donde, Psiquiatras, psicólogos, coach, no estamos pudiendo dar a basto. Cada día recibimos, el llamado de una mamá o papá, extremadamente preocupado(a) por uno de sus niños, niñas o adolescentes. Estamos trabajando a mil, haciendo atenciones presenciales, online, conteniendo a través de llamados por celular y por mensajes escritos. Lo estamos intentando, pero se está haciendo muy duro, ya que tal como hemos reflexionado con mis colegas de diferentes redes a nivel de Latinoamérica, lo que aparece detrás de esta urgencia psicológica, muestra, una dificultad inmensa de nuestras falencias como cultura. Una dificultad que llevamos arrastrando desde hace muchos años…. Por lo menos y me atrevo a decirlo, desde hace más de 50 años… ¿Qué nos ha sucedido? Muchos plantean, que el problema es la Pandemia, o el encierro, pero estamos viendo, en la medida que vamos profundizando cada caso, que en general, más que la Pandemia, y su largo confinamiento, es el nivel de estrés que las familias y seres humanos tenemos a diario…y que hoy sale a la luz de manera muy fuerte. La Pandemia ha dejado en evidencia el estrés que hemos venido acumulando desde hace muchos años... Es como siempre hablamos en las sesiones de psicología. Cada uno de nosotros, tiene una mochila personal y social. Una mochila con todos nuestros logros, aspiraciones, esfuerzos y también dolores… Una mochila con muchas experiencias y que a veces se hace más pesada… Cuando miramos esta mochila, nos damos cuenta, que la solución no es sacársela de encima, sino observarla. Mirar, mirar para ver, qué hay adentro, qué me sirve, qué me ha pasado y pasa hoy, qué me ayuda, y qué debo soltar o tomar, entre otros. A medida que vamos avanzando en nuestro viaje por la vida, esa mochila, a veces se siente más pesada y otras veces muy liviana. Es una mochila que crece, se achica y tiene varios compartimentos…con diferentes espacios; espacio para la base o estructura, nuestras sensaciones personales , nuestra identidad, nuestra salud física, la pareja, los hijos o hijas, la familia, amigos, trabajo… Todos ellos son múltiples experiencias y hoy se agrega uno muy potente, el espacio de cómo vivir en un estado de alerta por el COVID-19, unido a mis otros lugares de la mochila. Aquí me detengo…para hablar de este espacio que ha ido ocupando nuestra Pandemia… Si seguimos con las analogías, ella se ha ido metiendo, como un líquido en nuestra mochila. Un líquido no esperado, que ha ido tocando aquellos espacios que no teníamos bien protegidos. Como buenos Homo Sapiens, seres adaptativos, hemos sentido un mayor peso en nuestra mochila, pero como nos han enseñado, intentamos adaptarnos. El año 2020, muchos intentamos darnos tiempos para descansar, hacer familia, cocinar, pero hoy 2021, esto de relajarnos, soltar, ya no se sustenta…Nuestro reflejo como sociedad y las necesidades también económicas, nos están llevando hacia el otro extremo. Muchos sienten y está bien, que hay que seguir adelante, sea como sea, ya que el tiempo se pasa y estamos perdiendo, trabajo, aprendizaje, desde una percepción quizás que la vida es una carrera. Una carrera que hay que seguir, sea como sea, y que hoy está rigidizando a muchos, no permitiendo ver que necesita nuestro futuro, y que necesitan nuestros niños y niñas, que están presentes… Pensemos entonces en nuestros niños y niñas, nuestros adolescentes. Como ellos, están en proceso de crecer y no tienen instalado aún el reloj de esta carrera, muchos de ellos, nos están diciendo que no dan más. Que nuestra mochila de adulto, no les sirve, sino más bien los estresa, los confunde, los abruma y nos lo están mostrando a través de un lenguaje muy directo y concreto; desde un dolor de estómago, irritabilidad, desconexión, gran inquietud, rabia, desánimo, incluso congelamiento. ¡Padres, madres, adultos! Hoy la Infancia, nos pide a gritos.... ¡Que por favor nos detengamos y trabajemos unidos mirándolos! Realmente, no dan más y nosotros tampoco. Los niños y niñas, nos están simplemente mostrando quizás, un malestar de estilo cultural. Y nos piden que comencemos a reaccionar, mirar, aprender, hacer cambios, re-adaptarnos desde lo que SOMOS realmente, desde lo importante, desde nuestro ritmo, estilo, capacidades y necesidades personales y sociales… LA INFANCIA NOS INVITA A MIRAR CON OJOS GRANDES HACIA ADENTRO. Recordándonos que, NADA ES ABSOLUTO. QUE ES IMPORTANTE AVANZAR POR LA VIDA, PERO AVANZAR DE ACUERDO AL RITMO DE CADA UNO, DE CADA FAMILIA UNIDO A UN RITMO GENERAL, COMPRENDIENDO QUE LA DIVERSIDAD EXISTE REALMENTE. ¿Cómo empezar a hacer esta mirada? Quizás una buena idea, sea mirar recordando cuando nosotros éramos niños o niñas. Seguro que durante nuestra infancia, en algún momento, tuvimos alguna dificultad o problema con algo o alguien. Recordemos y pensemos sin apuro, qué recordamos cuando éramos pequeños y qué nos dolió o entristeció…
Frente a estas preguntas, se me vienen a la cabeza
Probablemente, sin saber la historia de cada uno, lo que nos ha ayudado, en cualquier etapa de nuestras vidas, haya sido, con o sin palabras, algo como…
Nosotros adultos, padres, madres, profesores, instituciones, somos quienes estamos a cargo del presente y futuro. Acompañemos entonces a los niños, y adolescentes, con FLEXIBILIDAD, ADAPTACIÓN. Así, como alguna vez alguien nos acompañó, hace años atrás..., escuchándonos, mirándonos, viéndonos con ojos grandes. Exactamente, como cuando buscando dentro de una mochila, cuando algo se nos ha perdido. Muchas veces eso que buscamos dentro, está ahí, al lado de nuestra mano, pero sólo lo encontramos cuando lo hacemos con calma. Démonos tiempo, para que juntos, mirando hacia lo que nos muestran los niños, podamos encontrar el camino, en tiempos de adversidad. |
AutoresLos blogs compartidos por Comunidades Inclusivas son liderados por su equipo de colaboradores. Alejandra Cheyre
Psicologa Infanto-Juvenil Archivos
Abril 2022
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