Frente al uso de las pantallas aún hay y seguirá existiendo mucha controversia. Tan intensa y apasionada, que diría que es, algo casi religioso…
A las pantallas, se las relacionan con sensaciones, investigaciones, ansiedades, miedos, juicios, pre juicios, que no permiten mirar más allá y comprender que como en todo orden de actividades o situaciones, lo esencial es lograr aprender a con-vivir, con ellas. Por qué, porque son parte de la vida actual y no se irán, ya llevan muchos años con nosotros, más de 50 y porque querámoslo o no, son una herramienta para muchas de nuestras vidas. Las pantallas son parte y no se irán. Al reflexionar acerca del uso de las pantallas, vuelve a mi cabeza, la gran tarea de la crianza y de lo que muchas veces conversamos con nuestros hijos, acerca de cuál es el LÍMITE… el límite para todo. Dónde y cómo ponemos los límites, más que hablar de las pantallas, es el gran tema. El límite por ejemplo, para dormir, comer frutas, carne, incluso el deporte… su límite está en que no sea dañino para las personas, nuestro entorno. El límite está en que no sea equilibrado con otras áreas. En el camino de la crianza, nosotros los adultos, ya sea en casa, colegios o instituciones, debemos además de ir enseñando y co-regulando los límites, lograr ser una base segura. Ser una ESTRUCTURA, que entrega a los niños y jóvenes, un ritmo, un suelo, que les vaya marcando el norte, como cuando los niños empiezan a caminar y les tomamos la mano para subir una escalera. En ese acto los vamos guiando cómo, hacia dónde y desde una entrega de seguridad. Criar, educar, se orienta a ser una base que acompaña en el aprender y que presume que ese niño puede o podrá lograr talentosamente aprender. Por lo que debemos confiar, presumir competencias pero marcando camino, entregando estructura. Al releer lo que acabo de escribir, siento que suena al oído muy simple. Nada nuevo, pero es justamente lo que más nos cuesta y tendemos a olvidar. Lograr como cuidadores, acompañar, guiar, poner los límites, entenderlos, confiando en sus competencias, día a día, una y otra vez, mostrándoles presencia, Siendo PESONA SEGURA y FLEXIBLE, es criar, es el viaje de la vida de los cuidadores y educadores. FLEXIBILIDAD, detengámonos aquí… Si miramos a los colegios en Latinoamérica, en general, el uso de pantallas, los celulares o tablets, antes de la Pandemia no estaba permitidos pero durante la larga cuarentena, fue gracias a ellas que pudimos seguir de alguna manera conectados y fueron una HERRAMIENTA DE COMUNICACION UNIVERSAL… Lamentablemente hoy, en algunos establecimientos, vuelven a estar negadas para los niños de enseñanza básica, como regla general. Volvamos a la cuarentena, personalmente, en ese período logré hacer lazos profesionales de gran calidad. Hice una especialización de Psicología, mantuve el apoyo a pacientes, seguí en contactos con profesionales maravillosos, así como con mi familia y amigos. Mis hijos, pudieron mantener amistades, distraerse y mantener algunas clases. Y es así, como a pesar que la cuarentena trajo grandes dificultades, la comunicación a través de las pantallas permitió que muchos niños y jóvenes pudieran mantener sus amistades. A veces reír y en algunos crear reales lazos de amistad. Es cierto, no es desde la misma manera cuando se está en presencia pero con la mente abierta, contenta, abriendo sus capacidades, buscando equilibrio, se lograba, se abrían otros modos de comunicación. Frente a crear lazos, gracias las pantallas, quienes nos enseñan muchísimo acerca de poder comprender esto, son los niños y adultos no hablantes. Personas, que por algún motivo actual o permanente, presentan dificultad para comunicarse hablando, pero que lo logran a través de la escritura o símbolos ya sea en papel o pantallas. Mirar sus expresiones, cuando logran transmitir lo que realmente necesitan, es maravilloso. Viene a mi memoria, esos momentos, Llena y emociona el corazón, ver como la cara de esa persona cuando logra comunicarse a pesar de ser no hablante, ver como sus mejillas se elevan, sus ojos brillan y su boca sonríe, muestra pura felicidad gracias a que se ha dado la posibilidad de comunicar de manera alternativa. Ser parte de esta experiencia, emociona, ver a esos niños e incluso a mis hijos reír a carcajadas con sus amigos que viven lejos, me emociona y todo gracias a que han podido utilizar un método alternativo de comunicación tan criticado pero tan esperanzador para otros. A través de estas aplicaciones o métodos alternativos, se abre una ventana inmensa para una OTRA COMUNICACIÓN. Se logran hacer lazos, se hace comprender. Pueden al fin transmitir lo que les sucede, lo que les incomoda o atemoriza, lo que les emociona y además algunos dejan claro, que no había dificultades desde la comprensión, sino que simplemente no era hablante. Hablar, comunicar a través de otras maneras, es un regalo que realmente devuelve la vida. Sirve para todos, es UNIVERSAL y además, facilita la vida a muchas personas, un grupo no menor, casi el 20% de la población, a quienes se les haría la vida cotidiana muchísimo menos estresante. ¿A quiénes? Estoy hablando por ejemplo de personas sordas, con dificultades de atención, o personas más visuales, muy rápidas de mente, tímidas, autistas, con parálisis cerebral, recién operados, y así menciono sólo algunas pero que al abrir la posibilidad de utilizar la pantalla en su vida cotidiana, realmente se les podría entregar un cambio rotundo en su calidad de vida. Tener la capacidad de utilizar otros métodos de comunicación o simplemente para aprender, permite en muchos niños y jóvenes, continuar desarrollando sus capacidades y esto bien utilizado, con normas claras y equilibradas, comprendiendo las diferencias y universalidad, podría ser un regalo para la COMUNICACIÓN Y APRENDIZAJE. ¿Entonces, qué es lo que tenemos que aprender, qué es lo que hay que educar? La respuesta, parece estar, bien clara. Debemos tener temor NO A LAS PANTALLAS, sino a cómo las usamos. Hoy, uno de los temas más complejos, está puesto en el ciber bullying, o la ciber pedofilia, pero querámoslo o no, esto siempre ha existido y seguirá dañando con o sin pantallas, si es que no se trabaja desde la base del problema, LOS LÍMITES de cómo relacionarnos y respetar a otros. Los límites, desde y hasta dónde podemos hacer, mostrar, comunicar, son los que hoy y siempre han sido el PROBLEMA básico en la crianza y educación. Para coexistir como grupo humano que necesita comunicarse, se requieren diferentes métodos. Hay muchas alternativas, como a través de la voz, las pantallas, imágenes, gestos, pero todo dependerá, DE QUE HAYA EQUILIBRIO EN EL USO DE TODO. La invitación entonces, frente a las tan temidas pantallas, es a utilizarlas, perderles el miedo, creciendo desde la comprensión que realmente somos un mundo universal lleno de diversidad. Es un trabajo difícil, pero necesario para entregar mayor calidad de vida, seguridad, felicidad, lazos familiares y de amistad para todos. Los comentarios están cerrados.
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AutoresLos blogs compartidos por Comunidades Inclusivas son liderados por su equipo de colaboradores. Alejandra Cheyre
Psicologa Infanto-Juvenil Archivos
Abril 2022
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